Cuando a medianoche se escuche pasar una invisible comparsa con música maravillosa y grandes voces, tu suerte que declina, tus obras fracasadas, los planes de tu vida que resultaron errados, no llores vanamente. Como hombre preparado desde tiempo atrás, como un valiente, di tu adiós a esa Alejandría que se aleja. No te engañes, no digas que fue un sueño. No aceptes tan vanas esperanzas. Como hombre preparado desde tiempo atrás, como un valiente, como corresponde a quien de tal ciudad fue digno, acércate con paso firme a la ventana, y escucha con emoción -no con lamentos ni ruegos de débiles- como último placer, los sones, los maravillosos instrumentos de la comparsa misteriosa y di tu adiós a esa Alejandría… que pierdes para siempre.
CAVAFIS, El dios abandona a Antonio.
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