Yo asisto cada día a la alianza
que fraguan mis labios en el altar de tu sonrisa.
Yo develo lo oculto del espejo
calzándome la huella de tu vuelo en el viento,
ese vuelo impulsado por el soplo de mi aliento
en las calles de esta vida.
Tu caricia en el brasero de mi alma
es ternura removiendo negruras que me traje en las manos,
estas manos de cavar las fronteras entre mundos pa’ forjar un camino…
un camino que me lleve a tus ojos tan llovidos de tiempo,
tan del fuego y tan míos.
Las palabras se me hacen un verso que te dicto al oído,
un susurro en lo simple del roce que intenté en tu latido.
Las palabras se me hacen palomas estrenando la brisa,
se me hacen futuro que se crece en mis huesos,
en mi hambre, en mi sino.
Mi venida a tu mundo es alianza en el tiempo,
es un pacto de ángeles…
es saberme la puerta e ignorar la salida.
Mi venida a tu mundo es firmar con el viento,
mujer… es saberte muy mía.
Del Libro de Poemas: “Desde la amante sombra”