Naturaleza bendita y esencia del ser de Dios…
invoco al favor divino, consagro a tu culto hoy.
Arrodillada me encuentro rezándote esta oración
para que con tu gracia me concedas el perdón.
No sé si es pecado amar… ni sé si es amor lo que siento,
yo solo sé que con él me siento dueña del cielo
no importa si al despertar se derrumba el universo
o si existe alguna estrella brillando en el firmamento.
No me ocupo de pensar qué puede estar sucediendo
no sé si la nieve arde o si se congela el fuego
yo solo sé que por él me sentaría en tu templo
aunque por cristiana sé que esto es un sacrilegio.
Más… por perdonarlo a él y ante sus ojos ser santa
por escuchar el ruego de sus humildes palabras
por ver caer de sus ojos la más dolorosa lágrima
¡oh, señor! todo lo haría, aunque no entiendas mis causas.
Porque después de quererlo no existe nada mejor
mi delirio es lo supremo y, si me condenas hoy,
¿por qué me diste estos ojos? ¿por qué este corazón?
¿por qué me hiciste tan frágil y tan sensible al amor?
Naturaleza bendita y esencia del ser de Dios.
Ante ti, esta hija tuya, vino a clamarte perdón.
Con una cruz en la mano esperaré mi castigo.
No sé qué muerte me espera, tal vez, he de morir quemada…
más en la última llama que apague mi corazón
mi pensamiento y mi amor se mantendrán aún tan vivos
que tal vez, hasta usted Dios… ¡quede ante mis pies rendido!
Sophie Delany