Contigo en aquel tiempo yo andaba siempre absorta,siempre a tientas, a punto de caerme, pero indemne y eterna,tomada de tu mano.Ya casi te veía, lo mismo que al destello de un farol en la niebla,una señal de auxilio en la tormenta. Sí, tú, mi sombra blanca, transparencia guardiana,mi esfinge azul hecha con el insomnio y
Si la casualidad es la más empeñosa jugada del destino,alguna vez podremos interrogar con causa a esas escoltas de genealogíasque tendieron un puente desde tu desamparo hasta mi exilioy cerraron de golpe las bocas del azar.Cambiaremos panteras de diamante por abuelas de trébol,dioses egipcios por profetas ciegos, garra tenaz por mano sin descuido,hasta encontrar las