Xul Solar, cuyo nombre era Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari, fue un pintor, escultor, escritor e inventor de idiomas imaginarios argentino, que estuvo vinculado a la vanguardia porteña de los años veinte.
Fue un personaje excéntrico, versado en astrología, ciencias ocultas, idiomas y mitología.
Jorge Luis Borges contribuyó a que se le conociera, exaltando su singular figura, antes que su obra.
Tras asimilar las innovaciones de las vanguardias en el transcurso de una larga estancia en Europa, Xul Solar desarrolló un estilo personalísimo que destacó por su originalidad y por la fusión de elementos característicos de diversas corrientes, resultando en una obra de signo fantástico y visionario.
En 1912, tras haber cursado estudios de arquitectura en la facultad de ingeniería, viajó a Hong Kong y recorrió luego países europeos como Inglaterra, Francia e Italia. En Milán conoció a un compatriota suyo, el pintor modernista Emilio Pettoruti, a quien le mostró sus dibujos realizados a partir de 1914. Durante su estancia en Berlín entró en contacto con el dadaísmo; recibió asimismo la influencia del pintor suizo Paul Klee.
Interesado por la filosofía, las ciencias ocultas y las creencias de las distintas culturas, desde 1919 sus obras reflejaron esta inquietud espiritual, con la aplicación de colores vivos, formas y símbolos geométricos, figuras sencillas y, a menudo, palabras, letras y otros signos gráficos. Los signos lingüísticos siempre llamaron poderosamente la atención de Xul Solar, que llegó dominar diez idiomas.
Sus amigos Martin Fierristas hacen saber que Xul era inventor de una panlengua, que de algún modo reflejaba todas las lenguas de la tierra y del neocriollo. También había inventado un panajedrez, en el que las casillas convencionales eran más y se relacionaban con las constelaciones y los signos zodiacales.
Según sus declaraciones, la panlengua es un idioma universal monosilábico, «de raíces básicas, unívocas e invariables, combinables a voluntad, de fonética fácil, musical». Es una lengua sin excepciones. El diccionario de esta lengua es el tablero de panajedrez. Sobre este lenguaje, el artista argentino declaró: «Soy el creador de un idioma universal, la panlengua, sobre bases numéricas y astrológicas, que contribuirá a que los pueblos se conozcan mejor»
Versión en neocriollo: «núo hi hial´ diáfano pro empiéöme, el signo, grande ante mí, está claro en xeól umbro; escali trépölo, entón encima fórmesele otro signo igual ke tamién trepö, i hidem idem, i así muitas vezes asta ke cánsömene, ya mui alti».
Versión en español: «desnudo y tan diáfano como el hielo empiezo a moverme adelante, el signo, grande delante de mí, está claro en la sombra infernal; lo trepo escalando, entonces encima se le forma otro signo igual que también trepo, y hago lo mismo otra vez, y así muchas veces hasta que me canso, ya muy alto».
(Textos extraídos de Xul Solar. «Visión sobre el Trilíneo», Destiempo. Buenos Aires, a.1, n. 2, noviembre de 1936. p. 4)
En la década de 1930, Xul Solar creó paisajes y diseños arquitectónicos fantásticos que manifestaron una vez más su interés por el misticismo, la teosofía y la astrología; en los años 40 y 50 realizó diversas exposiciones individuales y participó en varias muestras colectivas nacionales e internacionales. En el año de su fallecimiento (1963) se organizó una retrospectiva de su obra en el Museo Nacional de Bellas Artes. En 1989 sus creaciones se exhibieron en la Galería Hayward de Londres.