En las minas de tu cuerpo, como minero celoso, escondo tus vetas de oro
y solo yo sé de tu alma las coordenadas precisas en que sientes junto a mí.
Tu mente es un libro abierto que escribo, leo y exploro
y en el verde de tus ojos me arropo con tu mirada que oculta ese cielo azul…
tu pelo castaño es trampa de un sol con luces en rojo
y tus manos el refugio del verso que vive en mí.
Cosecho en tu risa la paz que sembré con tu alegría,
y tu amor me lo he ganado por los caminos ignotos de un Tiempo que un día perdí,
pero la luz de mi alma va atravesando de golpe aquella puerta remota
que pusieron los esbirros de algún futuro increado con el fin de desunir.
Volveré una y mil veces si extraviamos el camino,
levantaré cada piedra para llegar junto a ti
aunque el Mundo se nos rompa mi luz guiará tus pasos, tu luz guiará mis pasos,
en cada instante de vida, y al instante de morir.
ESTEBAN DIEGO FERNÁNDEZ
DEL POEMARIO: «ESTOY AQUÍ PARA ALUMBRARTE»
2024