Tengo un pecado maduro, casi fiero,desnudándome el cuerpo… mi guerrero,con un vicio de fuego milenario. Tengo tu boca mordiéndome la carne,rozándome -de sur a norte- la locura,tengo un gusto en la piel que sabe a amarte,que se quedó prendido en mi cintura. Tengo tu nombre clavado en la gargantay un beso que de lejos me
Por estos momentos que estamos viviendomis mejores años -sin pensar- te entrego,si algún día me faltas, no temo perderlos,pues estar a tu lado es lo que deseo. Pasarás por mi vida como un sueño imposibleque inesperadamente un día se volvió realidad,pasarás sin saber que sin querer te quisemás de lo que alguna vez pude imaginar.
Imposible no ver cómo barajas el mazo del destino,tu voz me llega desde lejos,marcada con el antiguo sello del solsticio:esa puerta de junio que dejaste entreabiertacuando te unía un vínculo cercano con la muerte…tu garantía de regreso a esta vida,fue allí cuando pactaste con emisarios del futurodejando como pago un soplo de tu alientoatado a
Yo te saqué un boleto a mi locurafirmado con el nombre de un deseo,y pensando en ti me desconciertoy se me hace lección fácil la ternura. Martha Jacqueline Iglesias HerreraDEL POEMARIO: «DESNUDA COMO EVA» (2020) POEMA ILUSTRADO CON LA OBRA DE LA PINTORA POLACA: LIDIA WYLANGOWSKA.
Llevo a febrero metido en los bolsilloscon billetes de besos y de aromas,algún que otro gesto de caricia…y un «te amo» salido de tu boca. Llevo este verso hilado con tu nombreen un desenfrenado acto de locura…y el corazón, celeste como un ángel,en la noble misión de la ternura. Martha Jacqueline Iglesias HerreraDEL POEMARIO: «DESNUDA
Quisiste darme una ciudad,la constancia del aireen ese atardecer pletórico en gorriones,la raíz del perfume que tiende el peregrinocomo un puente con vistas hacia el mar. Sí, quisiste darme una ciudadcon las puertas abiertas al vuelo de ese ángelque habita en mis patios interiores,creciéndome de sombras en todo mediodía,con murallas que no hicieran temblar al
Ya no muero de muerte, ya no muero. Muero de un poco yo,de un poco tú, y tanto fuego…de mis palabras sucias de amor en el deseo,de este recato de monja que apenas me perdurade abrazar esa noche cuando dices «mi luna»y de mirar pasar la vida que nos queda. Muero de todo eso que
(«Las coronas de los reyesdescansan sobre los féretros de los trabajadores».José Martí) Desde los ojos estamos siempre actuando,de nuestras pieles salen hilos por doquier…de nuestra risa: el llanto. Nuestros pasos van marcados por manos misteriosasy voces que nos guían, sin tregua, a toda hora.¡Ay! Qué pena ver los pies sin un camino propio,luchando por los
Prometo que te quiero,palabra de la bruja que soy. Si quieres,con sangre de una heridate firmo un juramentode luz o clandestinoque guarde este secreto. ¿Cuándo me besas? Estás tatuado en mi pupila verde,por eso,donde quiera que mirocomo un rayo de luz estás presente. Convócame en la llama de tus dedos,como pasión que se mencionao como
a Esteban… Despierto junto a ti en un mundo de ensueño…donde la magia de nuestra noche gira sobre sus goznespara abrirle las puertas a la luna,donde eres Ángel que lleva prendido en la miradael vaticinio que consulto –divina- como el oráculo de Delfos,donde mi pensamiento se viste en traje de ritual:-esa fauna de visiones que