La noche sólo es explicable con la noche. Y la noche, como la poesía, es creación. Podríamos preguntarnos: Creación, ¿de quién? La noche es creación del misterio, de la magia, del encantamiento, de los sortilegios, del hechizo, de una interrogación que desemboca en la corriente de lo extraordinario, en la corriente de las distancias siderales
Distantes como el secreto de una señal anunciadapor el trigo que los difuntos siegan más allá de los camposabismados en el estigma de murallas de hierro… cercanos como las cenizas de la perpetuación que dictan al pie de los oráculosel trazado de un espacio no revelado a lo que nacerá otra vezen el seno de
Salí de tu costilla.Tus manos moldearon el barro de mi cuerpo y me llené de gozo.Dijiste en nombre de algún Dios: “Hágase mi sueño” y fui tu sueño. (Mi salvajismo fue cubierto con una hoja de parra, tan tierna en su niñezque me dolía por el cuerpo. Despertaron mis ojos sin malicia a tu carne
(«Nunca he tocado nada de lo que tú eres. Estás como una idea en un instante puro. Si nunca has existido entonces eres posible… porque la realidad es muerte viva» -🖋 CIRLOT) Si pudieras verme…si al menos con el deseo pudiera tocar tu cuerpo,si fueras beso y yo labio…si el tiempo me diera vida para
Para Jacky, todo talento y corazón. Con mi afecto… Maribel (Agosto del 2021)
Un murmullo de trenes amonedándole las vías a la noche. Y me voy yendo sobre mi propia ausencia, de espaldas al paisaje, desdibujada hasta borrarme o hasta encontrarme de nuevo. Los puentes… ya no sostienen mis pasos ni se arquean sobre el río, sus sombras se recuestan y se hunden en el vientre de la
Hoy les traigo una propuesta altamente recomendable para aquellos amantes del mundo de la informática. Se trata de “Mona”, una novela escrita por Dan T. Sehlberg.
Amor… soy hombre de camino. Cuando la noche abre su mirada me vuelvo tuyo, enamorado, loco… me hago pedido de tu alma y toco tu cuerpo de mujer. Cuando late el corazón, amargo, pruebo tu beso mientras me enamora cada resquicio que tiene tu boca que me sabe a miel, y con
Empujado por los designios de la tierra como una ola en el mar hacia ti va mi cuerpo. Y tú, en tu carne, encierras las pupilas sedientas con que miraré cuando estos ojos que tengo se me llenen de tierra. LA BANDERA Levántate conmigo. Nadie quisiera como yo quedarse sobre la almohada en
Cuando un alma sensible y culta recuerda sus esfuerzos por trazar, según su propio destino intelectual, las grandes líneas de la Razón, cuando estudia, por medio de la memoria, la historia de su propia cultura, se da cuenta de que en la base de sus certidumbres íntimas queda aún el recuerdo de una ignorancia esencial.