Quiero comenzar este post hablándoles de Alice Bailey. Como muchos conocen, fue una escritora inglesa y practicante del esoterismo. Los textos, que conforman el libro del que hoy quiero hablarles, los escribió en 1919 y de ellos afirmó que fueron dictados telepáticamente por el maestro tibetano Djwhal Khul. En estos da a conocer la existencia
En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin. José Martí.
Compañera… amo la parte de mí que tú habitas sosteniendo mi canto con tu voz. Quiero vivir amando la hermosura que me florece interminable en las profundas líneas de tus manos. Paloma mía… mi mundo está hambriento de tu risa y tus ojos verdes son lo único que tengo para barrer lo oscuro de
Fue sagrada la lluvia que limpió de tierra los tristes huesos de los muertos, simple barro, manojo de albardillas que florecen murmurando la canción que levanta la brisa de los inconmovibles labios del follaje. Y aunque no importe llover y aunque nos duelan los muertos… aquí te espero, aunque mi alma se haga muro que
Te desnudas igual que si estuvieras sola y de pronto descubres que estás conmigo.¡Cómo te quiero entonces entre las sábanas y el frío! Te pones a flirtearme como a un desconocidoy yo te hago la corte ceremonioso y tibio.Pienso que soy tu esposo y que me engañas conmigo. ¡Y como nos queremos entonces en la risade hallarnos
He renunciado a ti. No era posible fueron vapores de la fantasía;son ficciones que a veces dan a lo inaccesibleuna proximidad de lejanía. Yo me quedé mirando cómo el río se ibaponiendo encinta de la estrella…hundí mis manos locas hacia ellay supe que la estrella estaba arriba… He renunciado a ti, serenamente,como renuncia a Dios
No te digo paloma, ni princesa, ni reina,sino mujer de tierra, hembra de tierra y tierra,compañera de besos, compañerade mi revolución y de mi guerra. Te llamo barro de mi alfarería,surco de mis labranzas coloradas,pradera en que galopan mis caballoscon las crines heridas y quemadas. Mujer tendida en medio de la tierrate llamo y te
Hay en la intimidad un límite sagradoque trasponer no puede aun la pasión más locasiquiera si el amor el corazón desgarray en medio del silencio se funden nuestras bocas. La amistad nada puede, nada pueden los añosde vuelos elevados, de llameante dicha,cuando es el alma libre y no la vencela dulce languidez del goce y
Dijiste: «marcharé a otra tierra, iré a otro mar. Otra ciudad habré de hallar mejor que ésta.Cada empeño que pongo lleva escrito una condenay está mi corazón, como un muerto, sepultado.En este declive, cuánto más se obstinará mi mente.Adonde vuelva los ojos, adonde quiera que mire,negras ruinas de mi vida es lo que veo aquí,donde
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,en regiones contrarias, en un mediodía quemante,eras sólo el aroma de los cereales que amo. Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copaen Angol, a la luz de la luna de Junio,o eras tú la