Estaba mirando una foto de la lluvia en este lunes que casi se termina, una foto futura que nunca se ha tomado con tu brazo de hombre rodeando mi cintura. Estaba así, como apoyándome, en una fiebre que siempre me perdura, balbuceando tu nombre con un falso recato mirándote desnudo, al pie de mi locura.
Nos vamos sin saber por qué nos vamos,pero siempre partimos.No importa cómo ni dónde nos sorprendaeste deseo en vuelo adosado a la sangreque nos viaja en forma de destino. Lleva el paso la memoria del regreso,aunque nunca se vuelva;porque dejamos gestos regados por el aire,como un hilo de prisa,raíl que el tiempo en su estampidava
Nada se repite exactamente igual…y esta noche que nos llega de lejosnítidamente iluminada por un cuarto de lunapodría semejarse en su esencia, a otras noches. Tal vez sea este aire cálido avanzadas las horasque huele a arena húmedaa palmeras,a sal,a trópico.O quizás sea el noctambulismo de los astrosen su andar por su existir celeste. Podría
El silencio está tejido de secretos…nadie quiere una radio «sin espinas»pero el año «1938» fue la prueba:Nueva Jersey, caíste.Nueva York, caíste. He ahí la cuestión. Martha Jacqueline Iglesias HerreraDEL POEMARIO: «VENTANAS» (2023)
En sueños volé a Tikaboo Peak desde la cimamiré hacia el valle oscuro durante horas,a lo lejos, un pájaro encendió una luzy se adentró en la vertical de mi mirada.Cómplice de la nochesolo hubo un silencio élitede la ruta marcadaen aquel mundo negro de Nevada. Martha Jacqueline Iglesias HerreraDEL POEMARIO: «VENTANAS» (2023)
Ese otro que también me habita,acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos,ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel,ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio,esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro y en mi afuera,eco o palabra, esa voz
Te sigo paso a paso…quiero estar vivo,rehacer a partir de tu aromael aire en que me nombras. Quiero que me oigas…romper la llave del errorcon que abrimos las sombras;amar todas las caras de tu júbiloen un idioma sin fronteras,desasido del cieloque se volvió distanciaen un siglo de espera. Quieroque nos alcemos como hierbay en un
(Porque donde no tiene voz un hombre, allí mi voz. – Pablo Neruda) Compañera…amo la parte de mí que tú habitassosteniendo mi canto con tu voz.Quiero vivir amando la hermosuraque me florece interminableen las profundas líneas de tus manos. Paloma mía…mi mundo está hambriento de tu risay tus ojos verdes son lo único que tengopara
Una mujer espera la muerte de rodillas. Déjala que camine sobre el fuego, que se sacuda la intemperie con tu abrazo que te ordene las sombras en las esquinas y ostente la cadencia de su talle. No la detengas. Una mujer viene despacio por los aires. Déjala que se quite la bronca y los ropajes
Y dónde está escondido tu tesoro, Hainuwele… «¿Y dónde está escondido tu tesoro, Hainuwele?»,me pregunta, burlona,la más anciana del poblado.Se refiere, lo sé, a lo que siempre buscanlos hombres cuando vuelven del combate.Mi tesoro, contesto, es suave como el musgo, dulcecomo leche de almendras,tiene el frescor de los helechosy sangra sin dolor hasta teñir de