Flautista de Hamelin. Vete. Nadie marca mi melodía. Ni mis pasos. Ni mi sombra. Me proyecto bajo mi vientre: Tibia. Húmeda. Febril. Transgredo ante tus ojos. Impermisible. Aquiescente. ¿Ves? ¿El reflejo de mis alas? ¿Ves? ¿La orgía de mi carne? Soy mujer-pájaro. Vuelo. Dessiré Del Poemario: Garras de sumisa.
Para qué te sostiene. Para qué se desgasta inútilmente mi psiquis —que alguien menos triste llamaría sin eufemismos mi alma— en vitalidades carentes de provecho. Para qué me infarto. Para qué retorno en paz a ese futuro anulado antes de ser —los libros, los nietos, los caminos— con giros y palabras que igual pronunciaría en
He pensado en la muerte; de un modo más preciso, en morir —un verbo minucioso, apegado siempre a lo real de la experiencia. Cuando regresaba tarde a casa, por las calles vacías, he pensado mi muerte. Fue ayer, digamos ya casi un hoy sin sombras; pero aún ahora estrujo contra el rostro una mano crispada.
Ha dejado su temor junto al último café, ahora goza mi presencia: las piernas recogidas, el pelo cansado, distinta. Los discos moviéndose en la madrugada y la penumbra de estas costas vacías, permiten un espacio para el deslumbramiento. Está sentada sobre el piso y mira sin palabras la esperma que deja en los mosaicos la
Fue esa noche intensa que al quedarnos solos le confesé mi amor sin saber que era tarde pues entre nosotros dolían las huellas que el tiempo dejó. No hubo una frase de más o de menos que recuerde hoy… solo sé que al callarse mis labios sin quererlo dijeron adiós. Tal vez nunca sepa cuánto
Aún no lo sabías, bajo el velo de la providencia se alzaba creciendo a fuego y a memoria que no cierra el presagio de la víspera; hasta ser como el redoble de una oración en el altar de la plegaria nada más que un temblor en el soplo de aquello que divino reinaba, en
Te hundes en mi sexo encendido por el goce. Desconozco tus letras, tus códigos. No me importan. Vivo abstraída en otra pasión (menos austera) que sorbe el ansia visceral de mi deseo. Mientras, retozo, ajena al peligro bajo mil bocas de lodo. Dessiré.
No fue ligera la tierra de este siglo sobre nuestras cabezas, por más que soñáramos manotearle la suerte lanzándose a morir en cada una de sus puertas. Todo pasó con la fugacidad de un parpadeo apenas. Y aún hoy cierta señal del tiempo que pudo ser feliz, acude a socorrer la idea de alguna vendimia memorable, como cuando
Non posso scrivere la notte sono il caos della mia bocca sentinelle dell´oblio io suffro come te stessa paura. Beve lo specchio I´acqua del mio volto sotto la stella, Io ti avrei dato la mia essenza la mia vitta… questo silenzio di amore. Anna María Fasolo
Artesano. Desconstrúyeme.Diagnostica un motivo. Perverso.Toma mis pedazos uno a uno.Viólalos. Consiéntelos.Ámalos. Ignóralos.Hazlos a tu maldita imagen y semejanza.Después náceme desde ti.Y ármame. Dessiré