Salí de tu costilla.Tus manos moldearon el barro de mi cuerpo y me llené de gozo.Dijiste en nombre de algún Dios: “Hágase mi sueño” y fui tu sueño. (Mi salvajismo fue cubierto con una hoja de parra, tan tierna en su niñezque me dolía por el cuerpo. Despertaron mis ojos sin malicia a tu carne