(Porque donde no tiene voz un hombre, allí mi voz. – Pablo Neruda) Compañera…amo la parte de mí que tú habitassosteniendo mi canto con tu voz.Quiero vivir amando la hermosuraque me florece interminableen las profundas líneas de tus manos. Paloma mía…mi mundo está hambriento de tu risay tus ojos verdes son lo único que tengopara
Una mujer espera la muerte de rodillas. Déjala que camine sobre el fuego, que se sacuda la intemperie con tu abrazo que te ordene las sombras en las esquinas y ostente la cadencia de su talle. No la detengas. Una mujer viene despacio por los aires. Déjala que se quite la bronca y los ropajes
Y dónde está escondido tu tesoro, Hainuwele… «¿Y dónde está escondido tu tesoro, Hainuwele?»,me pregunta, burlona,la más anciana del poblado.Se refiere, lo sé, a lo que siempre buscanlos hombres cuando vuelven del combate.Mi tesoro, contesto, es suave como el musgo, dulcecomo leche de almendras,tiene el frescor de los helechosy sangra sin dolor hasta teñir de
Ya no será ya nono viviremos juntosno criaré a tu hijono coseré tu ropano te tendré de nocheno te besaré al irmenunca sabrás quién fuipor qué me amaron otros.No llegaré a saberpor qué ni cómo nuncani si era de verdadlo que dijiste que erani quién fuisteni qué fui para tini cómo hubiera sidovivir juntosquerernosesperarnosestar. Ya
Yo prefiero quedar en la penumbra;quedarme en el secreto de las cosas. Me gusta introducirme en las criaturas.Errar como una idea.Extraño como el arte.Anónimo,inciertoy olvidado. Naciendo, nuevamente,en cada día. ADONIS (ALI AHMAD SAID ESBER) De «Canciones de Mihyar el de Damasco» 1961Versión de Pedro Martínez Montávez.
Es más cruda la tarde cuando roza el silencioporque la mano de la memoria viene a tocar mi pechoporque el olvido se hace piedra, teja, clavo…y ahí… en ese instantebajo los arcos del tiempo te recuerdoen el triste silencio de la tarde. Martha Jacqueline Iglesias Herrera Del Poemario: «Si no fuera de ti».
LXXXI Ya eres mía. Reposa con tu sueño en mi sueño. Amor, dolor, trabajos, deben dormir ahora.Gira la noche sobre sus invisibles ruedasy junto a mí eres pura como el ámbar dormido. Ninguna más, amor, dormirá con mis sueños.Irás, iremos juntos por las aguas del tiempo. Ninguna viajará por la sombra conmigo,sólo tú, siempreviva, siempre
Era un pájaro en su vuelo atravesando la luna…era una estrella, quizás, que devolvieron mis ojosdesde un instante futuro que me traje del recuerdo. Era un sueño abriendo un surcoo el mismo surco de un sueño,eran las manos de un Dios, en alas del universo. Era el silencio de un grito del más dulce de
Te nombro desde la soledad que no tengo,me acompaña un pueblo vivo en mis ojosel cuadro de un amanecer pegado al vidrioque abrí con nuestras miradas, (la locura que heredé cuando alcancé a comprender que estar cuerda es estar loca) que allí, detrás del umbral,hay ciegos que nunca ven sino en la noche profunda,y que
Contigo en aquel tiempo yo andaba siempre absorta,siempre a tientas, a punto de caerme, pero indemne y eterna,tomada de tu mano.Ya casi te veía, lo mismo que al destello de un farol en la niebla,una señal de auxilio en la tormenta. Sí, tú, mi sombra blanca, transparencia guardiana,mi esfinge azul hecha con el insomnio y