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FRAGMENTO DE MI NOVELA: «EL ENGASTADOR»


(SAGA UNIVERSOS ALTERNATIVOS) 🔥

Al cabo de media hora de recorrido, el camino se bifurcó en dos senderos idénticos. El Soldado me hizo seña para que me detuviera.

―¿Cuál de los dos senderos tomamos? ―pregunté mirando a uno y otro indistintamente.

―Ninguno de los dos ―dijo señalando hacia una planta que habíamos dejado unos pasos atrás.

El Soldado caminó en su dirección, se arrodilló frente a ella, y luego de unos segundos abstraído en una actitud meditativa, le arrancó con sumo cuidado un gajo florecido. Luego caminó hacia mí y me lo entregó.

―Esta planta se llama Awuaté. Mastica tres hojas y un cuarto de tallo ―indicó.

Obedecí en silencio. Tenía un gusto tan amargo que se me humedecieron los ojos y sentí por un breve instante que me faltaba el aire. Pasado un instante, que me pareció eterno, algo inesperado se ofreció a mi mirada. Entre los dos senderos que se bifurcaban apareció un tercer camino, iluminado con una tenue luz resplandeciente.

―Ahora estás mirando con los ojos del Awuaté ―comentó el Soldado―. Gracias a su mirada, puedes observar esos senderos inexplorados que se abren a la percepción amplificada, empujándote a un estado de conciencia especial. En este estado de conciencia el tiempo de vida media de las visiones es muy breve, si lo comparamos con el de la conciencia que se mantiene normalmente durante tus horas de vigilia, en la cotidianidad de tu vida. Este camino nos llevará directamente a la Gruta de los Escoltas, donde yace el Engastador.

Nos adentramos en el mismo, envueltos en la luz. La temperatura descendió unos grados, que en aquel instante me parecieron bastante significativos, pero tras unos diez minutos de recorrido, la entrada de la gruta apareció ante nuestros ojos situada tras el salto de agua de una gran cascada.

El Soldado me indicó entonces que masticara siete pétalos de la flor del Awuaté. En un orden de tres, uno, tres… debía, además, murmurar unas palabras que me dijo, en cada intervalo, para cerrar el ciclo visual sin peligro.

―¿Cerrar el ciclo visual? ―pregunté.

―Sí, para cerrar la mirada del Awuaté. Es un proceso muy delicado que necesita de mucha experiencia, pues si no se realiza correctamente puedes permanecer para siempre observando otras realidades alternativas. Quedarías encerrada de forma invariable en los mundos del Awuaté, viendo lo que Él ve, sin regresar jamás a tu estado de conciencia ordinaria. Dicho con otras palabras, te volverías completamente loca, experimentando lo que los médicos llaman estados alucinatorios sostenidos. De esta forma serías víctima de su daño y no de su beneficio.

Martha Jacqueline Iglesias Herrera

De la novela en proceso de escritura:
«EL ENGASTADOR» (2024-)

Martha Jacqueline Iglesias Herrera

Poeta y narradora. Nací el 21 de junio del año 1975. Licenciada en Ciencias Farmacéuticas en la Universidad de La Habana. Entre mis publicaciones están el relato “Los 360 minutos de Gustavo Cabernet”, Libro de los talleres, Editorial Dunken, Argentina (2008) y el poema “Si no fuera de ti”, Antología 1001 Poemas, Dexeo Editores, España (2009). Libro de Poesía “Desearte en abril” KDP Amazon (2019), Libro “El Muriente de Lupi y otros cuentos” KDP Amazon (2020). He resultado finalista en varios certámenes internacionales de poesía y relato corto. Cuento en mi haber con 9 libros inéditos de poesía y tres novelas: "EL KÉBIR" (2020), "CIELO QUE HUYE" (2021) y "OPERACIÓN PIRÁMIDE " (2022).

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