Cuando en el suelo aún no se dibujan sombras,y quedan vestigios de humedad en los árboles,amo el andar por ti… mi Habana. Es que en ese instante tan efímerodonde vas despertando poco a pocoy tu entumido cuerpo que reposava entreabriendo sus párpados cerradoses cuando aspiro y hueles a esos siglosde suave aroma y resplandor innato.