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LA POESÍA DE ÁNGELA FIGUERA AYMERICH: «GUERRA»⭐

Lo supe siempre. Al percibir la vida 

doblárseme en el seno, al golpearme 

un pulso repetido por las venas,

lo supe: concebía hacia la muerte.


El Otro, aquel que hallé en el Paraíso, 

aquel a quien fui dada el primer día, 

dormía en paz ceñido a mi costado. 

Ajeno a mi pasión no interpretaba

mi vientre henchido ni mi paso lento 

ni preguntó jamás por qué mis ojos 

incrementaban su terror oscuro

bajo la luz de sucesivos soles.


Dos veces fui llenada de misterio: 

Caín crujía en mí. Me trituraba. 

Con su sabor agriaba mi saliva.

Abel me fue muy dulce. Como el zumo 

de los maduros higos en verano,

se diluía en mí, sabía suave.

Jamás dobló su peso mis rodillas.


Los vi nacer. Menudos, desarmados. 

Pero en su carne yo leía: muerte.

Los vi crecer unidos. Madurarse. 

Pero en sus ojos yo leía: crimen.

Los vi llegar al borde de la sima, 

al límite del rayo y la tragedia.

Y, desde el fondo de mi sexo en ascuas, 

clamaba a Dios, clamaba sin remedio:


¿No son hermanos, di, no son hermanos,

hechos de mí los dos hasta las uñas?

Caín y Abel, los dos un solo fruto, 

colgándome del pecho, una caricia 

idéntica al tocarles el cabello.

Los dos una cuchilla en mi garganta, 

clavándose y doliendo día y noche.


Doliéndome la impávida belleza

de Abel, su rubia gracia conseguida. 

Entre las mansas bestias, él, mansísimo.

Doliéndome Caín, aprisionado 

entre cortezas ásperas, curtiendo 

la mano destinada para el golpe.


Si yo hubiera podido revertirlos

de nuevo a mí. Fundirlos. Confundirlos.

¿Por qué, Señor, los quieres desiguales; 

distintos en tu herencia y en tu gracia? 


Yo los haría en mí. Yo los daría

de nuevo a luz. Caín tendría entonces 

el alma azul, los ojos inocentes

de Abel apacentando sus corderos.


Abel ofrecería sacrificios

con manos de Caín sucias de tierra 

y una ligera sombra de pecado 

haría más humana su sonrisa.


Mas nada pude hacer. Surgió la muerte. 

Clamé hacia Dios. Clamé. Pero fue en vano. 

Caín y Abel parí. Parí la GUERRA.


ÁNGELA FIGUERA AYMERICH 

Bilbao 1902-1984

Martha Jacqueline Iglesias Herrera

Poeta y narradora. Nací el 21 de junio del año 1975. Licenciada en Ciencias Farmacéuticas en la Universidad de La Habana. Entre mis publicaciones están el relato “Los 360 minutos de Gustavo Cabernet”, Libro de los talleres, Editorial Dunken, Argentina (2008) y el poema “Si no fuera de ti”, Antología 1001 Poemas, Dexeo Editores, España (2009). Libro de Poesía “Desearte en abril” KDP Amazon (2019), Libro “El Muriente de Lupi y otros cuentos” KDP Amazon (2020). He resultado finalista en varios certámenes internacionales de poesía y relato corto. Cuento en mi haber con 9 libros inéditos de poesía y tres novelas: "EL KÉBIR" (2020), "CIELO QUE HUYE" (2021) y "OPERACIÓN PIRÁMIDE " (2022).

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