Pido a Dios, morir bajo tu sombra,
observando el brillar de tus pupilas
con la pureza, que el amor destila,
agonizando por ti, si es que te asombra.
Al intenso ritual de las miradas
sortilegio sutil, que habla en silencio
enardeciente pasión, placer intenso
que da la seducción más encantada.
Vibrar en cada célula y extremo
en la ínfima arteria y en la fibra
do la reciprocidad, esgrime y libra
en sincronización, hallar consuelo.
Y luego al concebir, insigne anhelo
dejarte el corazón en mi partida.
Sergio López Suan
Del Libro de Poesía: Sol Dado (Editorial Dunken)