Amor… soy hombre de camino.
Cuando la noche abre su mirada
me vuelvo tuyo, enamorado, loco…
me hago pedido de tu alma y toco
tu cuerpo de mujer.
Cuando late el corazón, amargo,
pruebo tu beso mientras me enamora
cada resquicio que tiene tu boca
que me sabe a miel,
y con mi fuego y la pasión que llevo
rompo en tu vida cada ruta y trampa
porque supe ser,
ese guardián que vela con sus mañas
cada latido que tu amor encarna
en el anochecer.
Esteban D. Fernández
Del Libro: «Desde la amante sombra»