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CONVERSACIÓN CON HORACIO DE STEFANO

Por Martha Jacqueline Iglesias Herrera

Desde Argentina llega a Letraweb, el poeta y cantautor: Horacio De Stefano.

JK: Ante todo, es un gran placer volver a entrevistarte luego de tantos años transcurridos. Desde tu punto de vista como creador, ¿qué crees haber ganado? ¿qué crees haber perdido?

Muchas gracias por volver a entrevistarme. Que sea una conversación más que una entrevista. Seguramente que, con el tiempo y el ejercicio del oficio, se gana experiencia, visualización, contenido. Le puedo sumar coraje, el coraje de enfrentarme a las reglas y romperlas… creo que la rebeldía, hasta con el mismo elemento de trabajo (en este caso la palabra) es una de las mayores herramientas para la proyección del artista. Con respecto a haber perdido algo, no sabría decirte, quizá lo necesario… sólo estoy más viejo.

JK: Si reflexionáramos sobre el papel de la poesía y la música en la sociedad actual, ¿cómo crees que estas formas de expresión artística pueden influir en la manera en que las personas piensan, sienten y se relacionan entre sí?

Es un espejo… dime qué música escuchas y te diré quién eres…  en realidad, uno de los mayores inconvenientes que atraviesa el arte en la actualidad, es que las mayorías ya no asisten al arte, no escuchan música, no leen libros, no ven buen cine, no contemplan pinturas, esculturas, fotografías, murales… desde hace años la gente “consume” lo que sea que se parezca un poco al arte. Y, por supuesto, es más simple y menos oneroso confeccionar y vender un producto de baja calidad y consumo masivo, que crear una obra de arte. Quizá me amplío respecto de tu pregunta, no hablo sólo de música y poesía, sino de arte en general. Un espejo… para sociedad de poco contenido filosófico, se venden productos de menor valor social. En algún momento, las sociedades dejaron de pensar y sentir, y comenzaron a consumir comida y arte chatarra.

JK: ¿Cómo describirías la relación entre la poesía y la identidad nacional en tu obra, y cómo consideras que ha influido la realidad sociopolítica de Argentina en tu escritura?

La relación entre mi poesía y la Argentina no es tanto de identidad nacional, sino “popular”. Lo diferencio porque en realidad no me identifico mucho con la actual identidad de mi país, un país mezquino y sin pertenencia, donde los ciudadanos han decidido ignorar al que está más allá de su ombligo, es decir, a todo el mundo. En tal sentido, mi poesía acusa una raigambre que abarca las culturas, realidades y costumbres de los pueblos sudamericanos… y es que me siento hermano de todo aquel que viva y sienta a nuestra tierra con el amor de un hijo. Suelo decir Sudamérica, sin embargo, emocionalmente me refiero a Latinoamérica… desde el límite norte de México, y hasta el Faro del Fin del Mundo, ahí y así de extensa mi patria. Pues bien, mi relación poética con la identidad es ésa… no hay países, hay una gran región madre.

En cuanto a la influencia de las realidades sociopolíticas siento muy parecido. Por supuesto que la lucha del pueblo argentino contra las dictaduras marcó con fuego mi alma. En la actualidad, la exagerada desigualdad económica, el terrible desprecio de gobiernos y empresas por la clase trabajadora, el infame olvido de justicia, la indiferencia ante el hambre y la enfermedad de las poblaciones más vulnerables… todo eso sigue alimentando el fuego que marca mi desprecio por gobiernos y empresas de este país.

JK: La poesía es un medio en el que el lenguaje adquiere una dimensión especial, a menudo más allá de su significado literal. ¿Cómo abordas la experimentación con la forma y el lenguaje en tu poesía, y de qué manera crees que esto afecte la experiencia del lector?

En verdad, no suelo analizar mucho este aspecto del lenguaje poético. Sigo un camino sin lineamientos, realmente libre, y considero que ésa es la única manera de ser legítimo. En la libertad de la creación poética me encuentro con quien soy en lo más profundo, y eso me lleva incluso a identificarme en el universo, a verme en toda mi expresión, confirmando mis sentimientos y pensamientos más elementales.

Por otro lado, con la poesía no experimento. Sólo me arrimo a su abismo y salto. El lector tendrá de mí lo genuino, un pájaro, un perro, una piedra… eso que soy. Luego, es bueno poder llegar al lector con eso que soy. O me quedaré atascado en el camino si no llego. No creo en la poesía incomprensible; tampoco en la poesía sin metáforas ni recovecos. No creo en la poesía elitista o erudita; hablo como hablan mis hermanos y hermanas, pues a ello quiero llegar.

JK: La inspiración poética puede manifestarse de diferentes maneras y en diferentes momentos. ¿Qué procesos, rituales o circunstancias te ayudan a encontrar la chispa creativa?

A veces una palabra ajena, una mirada detenida en algo o alguien, un sonido perdido, el recuerdo de una conversación, una foto antigua… cualquier manifestación instantánea y sencilla de la vida puede traerme un poema. Pero sí tengo pequeños rituales para introducirme en el instante de la poesía e invocar a esos “espíritus guía” que me narran sus viajes (así lo creo en verdad)… una copa de vino (y al lado la botella, claro), cigarrillos, palo santo quemándose… es todo.

JK: En 2015 tuve el placer de recibir en casa tu novela: «Los Libres». Particularmente me pareció una obra muy bien estructurada, donde dibujas con total maestría, como un excelente acuarelista de la palabra, las voces que la forman. ¿Cómo nació esta historia? ¿Cuál es tu proceso creativo para desarrollar personajes tan convincentes, y qué consideraciones tienes en cuenta para que sean auténticos y realistas dentro de la trama de la obra?

Permitime ponerlo en contexto antes de responder. Para la poesía soy salvajemente libre, la dejo ser. Pues cuando encaro una novela soy aún más salvaje y libre, sólo cambio el estilo de expresarlo. En eso soy muy personal, no sigo pautas o reglas literarias. Quizá por no tener estudio alguno de literatura es que fui forjando mi camino desde el oído… ¿cómo es eso? Simple: escucho la historia a través de la narración de los personajes, y ellos me cuentan el camino de la novela. Observo al personaje que origina todo, lo observo, camino por las calles que él me lleva, veo la vida según sus ojos. Y escucho, escucho a los personajes, escucho la historia. Si no me atrapa, si no me parece verosímil, si me parece vacía, aburrida o sin alma, pues no sirve. En muchas ocasiones (justamente en “los libres”, mi cabeza quería llevar la trama hacia un lado, pero los personajes se resistían; simplemente demostrándome que anhelaban otras cosas me hacían saber que el camino era otro. Y ellos ganan siempre.

Básicamente, y contrariamente a lo imaginado para un escritor, cuando abordo una poesía o una novela, no pienso, no analizo, no calculo. Siento y voy.

JK: ¿Cómo decides la estructura de tus novelas y qué técnicas utilizas para mantener el interés del lector a lo largo de la historia, considerando que las expectativas estéticas y narrativas evolucionan constantemente?

Continuando con lo anterior, no decido absolutamente nada con respecto a estructuras o técnicas, ni observo cuestiones de estética desarrolladas por la literatura del momento; de hecho, no creo ni confío en las tendencias artísticas basadas en movimientos actuales. La creación es (y debe ser) lo suficientemente libre como para no fijarse a moldes, modelos o tendencias. Simplemente hago y deshago de acuerdo al propio interés de la historia (o el poema) y, como dije, oigo… oigo la historia. Si pierdo el interés, pues considero que mucho antes lo perdió el lector. A otra cosa. A empezar de nuevo.

JK: La trova es un género caracterizado por su profundidad lírica y su capacidad para contar historias emocionales. En el caso de la trova argentina, la misma ha sido influenciada por diversas corrientes musicales, desde el folklore hasta el tango. Como cantautor, ¿te has nutrido de estas influencias para desarrollar tu propio estilo? ¿Cómo enfrentas el desafío de crear letras que sean tanto poéticas como accesibles para el público?

Tanto el tango como las distintas manifestaciones folklóricas latinoamericanas y el llamado “rock argentino” engrosaron raíces en mi oficio. Artistas como Raúl Carnota, Violeta Parra, Vinicius de Moraes, Atahualpa Yupanqui, Cuchi Leguizamón, fueron quienes más notoriamente modificaron mi forma de sentir a la canción en su cuerpo (música y poesía), la modificaron desde el instinto y la emoción. Silvio Rodríguez todavía intenta explicarme ese camino que voy aprendiendo mientras hago.

Respecto a la lírica y la aceptación del público, bueno, sé que no escribo para las mayorías actuales, y me alegra que así sea. En la actualidad, el pensamiento filosófico y el sentimiento profundo no son precisamente lo más consumido. Para un público que escucha lo mismo en un bocinazo que en un campanario, no me preocupa demasiado ser el elegido de sus gustos. Estoy con quienes se conmueven con la lluvia, con el sonido de una chapa temblando en el viento, con un aullido lejano o cercano… estoy con el que escucha la voz del trueno.

JK: La trova ha sido un género que ha evolucionado a lo largo del tiempo. ¿Cuál crees que sea el rol de los cantautores contemporáneos para mantener viva esta tradición, y cómo incorporas elementos innovadores en tu música?

El alma del cantautor. La sangre de la obra. La necesidad de no callar ante la injusticia, el deseo de llevar a los labios la melodía de las palabras más bellas, invocando al amor con la misma intensidad que a la realidad de lo cotidiano… creo que así se mantiene vivo el latido de la trova.

No hago esfuerzos por incorporar innovaciones a la música (ni a la poesía)… sólo sigo melodías que me atraviesan la piel. Me incorporo a la realidad actual (que siempre es momentánea) e incorporo herencias, recuerdos, huellas, y así proyecto el salto al vacío. La idea es volar.

JK: Ya para concluir, si tuvieras que definir un sueño: ¿qué nombre le pondrías?

Chakana

Martha Jacqueline Iglesias Herrera

Poeta y narradora. Nací el 21 de junio del año 1975. Licenciada en Ciencias Farmacéuticas en la Universidad de La Habana. Entre mis publicaciones están el relato “Los 360 minutos de Gustavo Cabernet”, Libro de los talleres, Editorial Dunken, Argentina (2008) y el poema “Si no fuera de ti”, Antología 1001 Poemas, Dexeo Editores, España (2009). Libro de Poesía “Desearte en abril” KDP Amazon (2019), Libro “El Muriente de Lupi y otros cuentos” KDP Amazon (2020). He resultado finalista en varios certámenes internacionales de poesía y relato corto. Cuento en mi haber con 9 libros inéditos de poesía y tres novelas: "EL KÉBIR" (2020), "CIELO QUE HUYE" (2021) y "OPERACIÓN PIRÁMIDE " (2022).

2 Comments

  1. muchas gracias por la conversación!

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