Tú vives a la vuelta de mis besos
en una esquina al sur de mi cintura
caminas por las calles de mi cuerpo
y enciendes en mi boca la locura.
Estás a dos pasos de la palabra siempre,
a tres o cuatro palmos de la palabra nunca,
en tus dedos se asoman maduras las estrellas
y en tu lengua divina se apaga mi cordura.
Me esperas con tus besos a un paso de mi carne,
adoro el azul del cielo en que te quedas
cuando te das mío como para esperarme,
pero en tu cuerpo no sueño con ser buena.
Quiero que discutamos juntos el color de una rosa
tener en tu boca el sabor de un ‹te quiero›,
romper con tu aliento el aroma del vino
y emborracharme de ti en el mes de febrero.
Tú vives a la vuelta de mis besos
en una esquina al sur de mi cintura
caminas por las calles de mi cuerpo
y enciendes en mi boca la locura.
MARTHA JACQUELINE IGLESIAS HERRERA
DEL LIBRO DE POEMAS: «DECIR LA NOCHE»