Un amor indeciso se ha acercado a mi puerta…
Y no pasa; y se queda frente a la puerta abierta.
Yo le digo al amor: – ¿Qué te trae a mi casa?
Y el amor no responde, no saluda, no pasa…
Es un amor pequeño que perdió su camino:
Venía ya la noche… Y con la noche vino.
¡Qué amor tan pequeñito para andar con la sombra!…
¿Qué palabra no dice, qué nombre no me nombra?…
¿Qué deja ir o separa? ¿Que paisaje apretado
se le quedó en el fondo de los ojos cerrados?…
Este amor nada dice… Este amor nada sabe:
Es del color del viento, de la huella de un ave.
(…) Extraño amor sin rumbo que me gana y me pierde,
que huele las naranjas y que las rosas muerde…
Que todo lo confunde, lo deja… ¡Y no lo deja!
Que esconde estrellas nuevas en la ceniza vieja…
Y no sabe morir ni vivir: Y no sabe
que el mañana es tan solo el hoy muerto…
El cadáver futuro de este hoy claro, de esta hora cierta…
Un amor indeciso se ha dormido a mi puerta…
Dulce María Loynaz (La Habana, Cuba; 10 de diciembre de 1902; 27 de abril de 1997) fue una escritora cubana, considerada una de las principales figuras de la literatura cubana y universal. Obtuvo el Premio Miguel de Cervantes en 1992.